Traceur memories

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Traceur memories

Kazuma traceur original.

Introducción;

-¿Qué es el parkour?

¡Un método de desplazamiento ultra rápido!

-¡Genial!

-¿Podemos hablar de filosofía? ¿O de una filosofía?
Hoy en día, muchas personas hacen Parkour y cada una tiene su propia visión de la práctica. Existen Traceurs practicantes de Parkour y sus contrarios los Freerunners en una práctica libre de conciencia. Y otros que lo encuentran como una actividad física muy enriquecedora, y todavía hay otros que simplemente están animados por el espíritu de la competición…
¿Así que podemos ser todos a la vez…?
El Parkour simplemente se ha diversificado a través de todo tipo de vídeos de demostraciones o de saltos y acrobacias centradas en un solo “spot” sin un camino suficientemente concreto para ser identificado como Parkour. Hoy no sé qué está bien o mal hecho. La gente no debe juzgar a cualquiera porque evolucione sobre su práctica y tenga la curiosidad de explorar  nuevos movimientos.
Es la formación básica de un traceur lo que más me importa. Porque cuando cualquiera me pregunta sobre “¿Cuál es la filosofía del Parkour?”, yo mismo no sé qué responder…  Podría hablaros mucho mejor del amor por moverse, del entrenamiento y de los Traceurs.

 

Extracto de; TRACEUR MEMORIES

Los primeros años pasábamos nuestro tiempo moviéndonos en la sombra en busca de la verdad.
¡El objetivo era aproximarse a la realidad! ¡La dura! ¡La verdadera! Fuera de los clubs y pabellones deportivos, optamos por ir al límite de nosotros mismos. Sin sospechar del impacto que nuestras acciones tendrían un día en el mundo. ¡El impacto es enorme! Una nueva cultura con valores sinceros y un deseo de profundo cambio ocurrió. El Parkour cultivado por David Belle y los traceurs de Lisses.

En 1998 cuando conocí a David, el movimiento era todavía libre, sin un estilo particular… Se entrenaba y se jugaba sobre diferentes (parcours  – journey [recorridos]) obstáculos pasando por los tejados, agarrándonos a los muros, árboles y barreras, o sin tocar el suelo en ningún momento, a veces en silencio total… Cada vez y para cada uno de nosotros era una nueva y cautivante aventura.
Había al menos una quincena de persona en Lisses que entrenaban moviéndose y todavía no había un ritmo particular, era sobre todo cuestión de explorar y divertirse. David salía a veces a impartir entrenamientos. Había de todo tipo. Recuerdo algunos como: Remi, Boisriveau, Francois, Brandao, Ken, Tinaro, JF y los dos inseparables Romain y Sisco. Después llegaron los hermanos Vigroux, Yohan y Stephane, mi amigo. En ese momento, personas con mucha motivación estaban allí, ¡y comenzamos a formar un pequeño grupo de deportistas muy inquietos! ¡Listos para escupir sangre en cada entrenamiento! ¡Y creo que David quería darnos la oportunidad!

En aquella época, existía un vídeo donde se veía a David Belle moverse, grabado en una cinta VHS. Circuló entre pocas personas, como si fuese un pergamino que contenía técnicas secretas. Era el único vídeo que permitía ver el parkour si no tenías la suerte de cruzarte con David en alguno de sus entrenamientos. En las calles de Lisses, todos los jóvenes hablaban y describían los detalles, “¡es una locura de vídeo! Peor aún que las películas de acción, lo nunca visto.”

Realizado en las calles de Lisses y Évry, todo el mundo podía salir fuera a identificar lo que había visto en el vídeo.
“¡Este salto allí! ¡Y cuando aterrizaba pasaba por detrás de ese muro!” Todo el mundo decía: “¡no! Imposible… ¡Está loco!” Sin importar el momento del día o de la noche caminaba sobre la calle, David era capaz en frío, sin haber calentado, ¡de despreciar el riesgo para hacer en ese momento el nuevo salto que había visualizado! ¡Asistí a los momentos de la verdad y conocí a David en plena forma!

Ese video que había hecho fue (SpeedAirMan) en 1997 después de separarse del grupo Yamakasi. Con el fin de realizar su visión del Parkour… Con el tiempo, los encuentros semanales para ir a moverse, derivaron en entrenamiento casi diarios, ¡más duros y cada vez más largos! Los mediodías y las noches a veces, 6 horas cada día hasta no poder más… Algunos ya casi no vinieron a los entrenamientos porque se convirtieron en algo muy extremo.

¡También creo que a algunos no les gustaba el exceso de violencia de David en la lucha de equilibrio y las sesiones de combate puro! No estábamos allí para divertirnos, ¡más bien para desafiarnos! Otros chicos no hacían más que el entrenamiento en la Damier (mítica plaza de entrenamiento en Lisses que ya no existe). El ritmo era difícil de seguir, cuando no es tu vocación. Y de todas formas, la resistencia física no bastaba, ¡nuestro pequeño juego se convirtió en algo mental!

Multitud de tipos de saltos; pequeños o grandes pero todos mentales y no nos gustaba pararnos encima, no nos gustaban los bloqueos psicológicos, ¡es una gran pérdida de tiempo! La mistificación… ¡Entonces tenías que romper ese engaño y saltar!
Comenzamos a combinar los recorridos con otros recorridos a través de saltar de tejado en tejado, los saltos de brazo, ¡descender y recepcionar sobre los muros con precisión! ¡Y ya no se podía permitir el esperar a un chico que se quedaba bloqueado sobre el tejado de enfrente o colgado en una pared durante 2 horas!

David y los chicos estaban realmente comprometidos con esa nueva aventura; Romain M., Sisco, Stephane y yo mismo. En cuanto a los más jóvenes, Yohan Vigroux, Sebastien Goudot, Michael Ramdami, no venían más que de vez en cuando, eran todavía estudiantes. A finales de 1999 se nos une Jérôme Ben-Aoues, un amigo cercano de Stephane y Sébastien Foucan. ¡El retorno! Sébastien F. es una leyenda de Lisses. Sabía explicar bien el parkour.

Analizaba cada movimiento al mínimo detalle, ¡sintetizaba todo y hacía sus propios métodos de entrenamiento técnico con repeticiones bien precisas! Poseía una pedagogía más flexible del Parkour. Jèrôme se convirtió en el aprendiz de Sébastien, quien le entrenaba regularmente. Al contrario de David que no hablaba mucho durante el entrenamiento, o sólo lo estrictamente necesario. ¡La escuela de David es trabajar donde es difícil! ¡Allí donde duele!

En París, recuerdo el comienzo del Parkour antes de las primeras películas y de internet, la gente no comprendía demasiado lo que en realidad estaban haciendo.  De las miradas que había, algunas eran buenas interpretaciones y algunas emanaban hostilidad.
Sin conciencia de creaciones artísticas, no buscábamos mostrar algunas cosas, sólo pasábamos por la calle de manera extraña.  Dando la impresión de servirnos de las estructuras públicas y aprovecharnos de algunas cosas gratuitamente, o bien tomados por ladrones a primera vista, ¡pero no por mucho tiempo! ¡Cuando la energía estaba allí! ¡Fueron impresionados por nuestras proezas físicas perfectamente dominadas! De hecho, en el momento que iban a empezar a decir sus frases habituales (¡Qué hacéis ahí! ¡Bajad de ahí! ¡No tenéis derecho!) se quedaban bloqueados, boquiabiertos. Sin saber qué decir…. ¡Buscábamos una libertad extrema! A veces, las personas no se atrevían a acercarse a nosotros, y la misma policía nos miraba y prefería dejarnos tranquilos. Los chicos que paraban en las escaleras del gimnasio para fumar juntos se iban al vernos saltar violentamente, aterrizar y volver a salir como flechas con un movimiento caballeresco rompiendo las plataformas a un ritmo alarmante. Pero nuestro viaje era largo… Y fue una dura lucha para ejecutar los siguientes saltos. La adrenalina estaba al máximo, ¡nuestros rostros se retorcían bajo un esfuerzo constante dando la impresión de ser bestias preparadas para morderte! En realidad no se hacía ningún mal a nadie. Sólo queríamos que nos dejasen en paz. Apreciábamos mucho la calma de los parques y los bosques, y como Lisses era una ciudad construida sobre un parque, ¡era perfecta! Al contrario de las ideas preconcebidas, el Parkour no viene sólo del cemento, del gris y del polvo de las ciudades.

Fue un tiempo de periodos intensivos, en función de nuestras inspiraciones y nuestros descubrimientos del momento. Jóvenes inquietos que querían ser grandes, ¡tomar conciencia de algunas cosas! Evolucionar en un medio hebertista (George Hébert) con los valores “sé fuerte para ser útil” que han hecho nacer valores como el altruismo, el espíritu que cultivaba David transmitido por su padre Raymond Belle.  Seguir un entrenamiento extremo no es una norma. Es ante todo una elección personal. El parkour es también un deporte favorable a la educación psicomotriz que se concentra en el movimiento natural del cuerpo humano construyendo un físico poderoso, ágil, sólido, útil, que proporciona una rápida adaptación a cualquier terreno medioambiental con una mentalidad puesta a prueba. Si el Parkour se entrena adecuadamente, no es más que beneficios.
Permanecimos al lado de David Belle porque creímos en él y en su voluntad de dar un sentido distinto  que el de una finalidad simplemente visual a este arte del desplazamiento. Es a finales de 1999 y principios del 2000 que la disciplina de “parcours d’osbtacles” se convierte oficialmente en parcours con una “K” y nosotros “Traceurs”.

K


Traducción de Dani Sampayo y revisado por Carlos Javier Ferrero para www.umparkour.com
Podéis encontrar el artículo original escrito por Kazuma aquí: http://kazesolo.blogspot.it/

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