¿Por qué no hay más chicas que saltan de las paredes?

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¿Por qué no hay más chicas que saltan de las paredes?

Empecé a entrenar en el deporte del Parkour cuando tenía 10 años.  Yo era la única chica en mi clase, y esto me hizo plantearme, ¿por qué no hay más chicas interesadas en hacer volteretas desde barandillas, en saltar por encima de arbustos, o en escalar paredes de ladrillo? Me preguntaba qué las detenía o, quizás, quién las detenía.

Si haces memoria, ¿has sentido miedo de hacer algo, sólo para que años después esa cosa cambie tu vida? Esto es lo que el deporte del Parkour ha hecho por mí. 

Para aquellos de vosotros que no lo conocéis, el Parkour es un deporte extremo de acción que implica escalar por las paredes y superar obstáculos rápidamente. También hay aspectos creativos del parkour, que implican volteretas y enfocarse en movimientos que fluyen juntos. A esto se le llama Free Running.

Hace siete años acudí a mi primera clase de parkour. Estaba nerviosa, pero también ansiosa por aprender. Al entrar a aquella clase me di cuenta de que mi hermana y yo éramos las únicas chicas allí. Hubo un par de chicas que iban y venían, pero ninguna de ellas siguió practicando. A menudo me preguntaba por qué no había otras chicas como yo haciendo parkour. La falta de mujeres practicantes de parkour significaba que no tenía modelos a seguir para inspirarme, pero aún así seguí practicando. 

Entonces, un día, mi madre encontró el video de youtube de una mujer volando sobre obstáculos, haciendo volteretas y saltos. Su nombre es Lucy Romberg, y es una atleta parkour profesional femenina. ¡Era como yo! Y esta fue la primera vez que me sentí como si tuviera un modelo femenino en ese deporte que tanto me gustaba.

Piensa en los posters de tus héroes que tenías en las paredes de tu habitación. Para mí no había carteles de mujeres practicantes de Parkour que pudiera colgar, porque había pocas mujeres que hicieran Parkour. Continué sin modelos a seguir, y empecé a observar otros problemas que influían en por qué las mujeres no estaban practicando este deporte. 

He identificado tres problemas en la comunidad del parkour que deben abordarse para hacer que los deportes de acción como el parkour sean más inclusivos.

Boy Code

El primer problema es lo que los investigadores conocen como “El Código de los Tíos” (Boy Code).

El Código de los Tíos son un conjunto de reglas no escritas sobre cómo deben comportarse los chicos en grupos y que derivan en una hipermasculinidad. Están sustentadas por el miedo a la humillación, y se mantienen a través de la superación mutua extrema. 

La profesora Carly Gieseler de la Universidad del Sur de Florida ha investigado cómo se aplica El Código de los Tíos en los deportes de acción. Ella afirma que El Código de los Tíos en nuestra cultura se han convertido en una aceptación, en una expectativa y en una demanda de rebelión alimentada por la testosterona.

El sentimiento de superación extremo es un ejemplo de cómo se pueden inculcar valores dañinos en los niños a una edad temprana que pueden mantener a las mujeres alejadas de deportes como el parkour. Las normas sociales entre los chicos a menudo resultan en un aumento de la presión para superarse los unos a los otros. Frases como “no lances como una chica” y “no seas maricón” son ejemplos de los tipos de expresiones que los hombres a menudo dicen sin pensar, debido a la forma en que han sido socializados.

Estas frases que avivan las actitudes de superioridad, no solo crean ambientes desmotivantes e intimidantes para las mujeres, sino que echan abajo la confianza de algunos practicantes masculinos; contribuyendo a un ambiente tóxico en general.

Como practicante y entrenadora de parkour, he visto los efectos dañinos de  El Código de los Tíos en gimnasios y en eventos. Aunque El Código de los Tíos pueda impulsar a los chicos a superarse y mejorar el rendimiento, a menudo disuade a las mujeres a la hora de participar en el deporte. Esto probablemente podría decirse de la mayoría de los deportes.

Representación en los medios

El segundo problema al que se enfrenta la comunidad de parkour es la falta de representación en los medios de las atletas femeninas en deportes de acción poco comunes como el parkour.

¿Recuerdas la última vez que viste un vídeo de alguien practicando parkour? ¿Era un hombre o una mujer?  Si lo piensas bien, ver sobre todo a chicos hacer parkour tiene sentido porque el parkour es un deporte dominado por los hombres. El problema de la falta de representación femenina en los deportes es que tiene como consecuencia perpetuar un ciclo en el que sólo se atraen más hombres a este deporte.

Ahora ponte en la piel de una niña. ¿Estarías interesada en practicar un deporte en el que no ves una versión de tu persona representada? Por si fuera poco, además de la falta de representación femenina, también hay problemas en la forma en la que se representa a las mujeres en la comunidad y medios de comunicación.

Un estudio realizado por Mochela Musto en la Universidad del Sur de California observó que los medios continúan dando prioridad a los deportes masculinos sobre los deportivos femeninos, junto con la sexualización de las atletas femeninas en los medios.

Ver una gran cantidad de trucos a grandes alturas realizados por atletas masculinos puede ser intimidante y desalentador. Perpetuando así este ciclo de deportes de acción, como el parkour, que continúan siendo vistos como un deporte masculino.

Ambiente tóxico

El tercer problema al que se enfrenta la comunidad de parkour es el ambiente tóxico que se genera en los entrenamientos cuando los entrenadores no se esfuerzan lo suficiente por promover la inclusión.

Un entorno de entrenamiento inclusivo es aquel en el que las personas se animan y se apoyan por igual, es un espacio donde los alumnos pueden sentirse libres de ser ellos mismos y, lo más importante, un entorno inclusivo no reduce los logros del alumno a su género.

Son innumerables las ocasiones en que compañeras y yo hemos oído la frase “está bien para ser una chica”. La frustración que me produce esta frase me llevó a crear un documental corto en octavo grado sobre el empoderamiento femenino a través del parkour. Además, los entornos tóxicos de entrenamiento pueden salpicar al resto de la comunidad de parkour.

A partir de una encuesta que realicé, el 80% de las mujeres que practican parkour informan haber recibido comentarios de odio, experimentado algún tipo de objetivización sexual, o han escuchado comentarios sexistas ya sea en persona u online.

Estos comentarios negativos tienen un gran impacto en la forma en que las mujeres se sienten en la comunidad parkour. Imagínate lo que siente una chica que entrena duro para luego sólo ser reconocida entre sus compañeros masculinos por sus atributos físicos. Comentarios sexistas y humillantes pueden hacer que las mujeres duden de su habilidad y como consecuencia disminuir su motivación para entrenar.

Esto es aún más problemático teniendo en cuenta que las mujeres son minoría en la comunidad de parkour, por lo que hay menos mujeres con las que entrenar o en las que encontrar apoyo. Reducir los logros de alguien a su género o su apariencia física es perjudicial no sólo para el atleta, sino para el deporte en sí.

El hecho de que las mujeres estén participando en un deporte dominado por los hombres es un paso positivo que debe reconocerse. Puede haber gente por ahí que se quede sentada y escupa comentarios de odio hacia mujeres deportistas, pero son estas mujeres las que están dando grandes pasos.

Como dijo Theodore Roosevelt, el reconocimiento pertenece a la persona en el ruedo. Por pequeños que parezcan  estos problemas, en realidad juegan un papel importante a largo plazo para las mujeres que quieran unirse a deportes de acción poco comunes como el parkour, así como para las mujeres que quieren mejorar dentro de la disciplina. 

La gente puede apoyar el crecimiento de las atletas femeninas de forma superficial, pero si no dan ejemplo con acciones y palabras que reflejen esas intenciones, la comunidad de parkour nunca será más inclusiva. Padres, madres, entrenadores y compañeros comparten un papel importante a la hora de fomentar un ambiente más inclusivo.

Madres y padres

Primero, vamos a ver el papel que juegan los padres y madres. El problema es que muchas de las decisiones que toman padres y madres para sus hijos están subconscientemente influenciadas por años de estereotipos en los medios, sobre lo que deben y no deben hacer, sobre la fuerza física que deben tener las niñas, o sobre el valor que deberían de tener las chicas. Es importante que madres y padres mantengan la mente abierta, eviten los prejuicios de género y piensen de la manera más amplia posible sobre las opciones que ofrecen a sus hijas. 

Apostaría a que si más niñas vieran videos de otras niñas haciendo volteretas sobre barandillas, saltando sobre arbustos o escalando paredes de ladrillo, esas mismas niñas sin duda estarían interesadas en probar el parkour. Salirse de los esquemas con la oferta deportiva que presentas a tus hijas permite el desmantelamiento de estereotipos nocivos, y al mismo tiempo, estás generando oportunidades únicas en las que tus hijas pueden desarrollar confianza y valor.

Entrenadores

Después, veamos qué pueden hacer los entrenadores para hacer un cambio. Sólo porque una niña tenga la suerte de tener unos padres abiertos a la idea de que practique parkour, no significa que ellas vayan a seguir con el deporte si terminan practicándolo en un ambiente tóxico. Los entrenadores juegan el papel más importante a la hora de generar el ambiente de entrenamiento. Tienen la capacidad de cambiar la forma en que los estudiantes interactúan entre sí.

Aunque es importante que los entrenadores tengan una comprensión de cómo las diferencias entre hombres y mujeres pueden afectar a su formación, deben aspirar a promover la inclusión y el respeto dentro de sus clases y abordar la instrucción como si no hubiera diferencias físicas.

Compañeros

A continuación, vamos a ver el papel que desempeñan los compañeros en la promoción de longevidad en la práctica para las mujeres practicantes. A pesar de que los entrenadores juegan un papel importante en el inicio de la carrera de un atleta, una vez que los estudiantes salen de los entornos de entrenamiento, son los compañeros los responsables de acabar con El Código de los Tíos.

Los practicantes de parkour deben hacer un esfuerzo consciente para empatizar con las atletas femeninas, asumir la responsabilidad de sus acciones y animar a sus compañeros a hacer lo mismo. Todos tenemos que reflexionar sobre nuestras actitudes, acciones o falta de la misma, y cómo éstas pueden afectar a las mujeres que nos rodean.

Liderar con empatía y mentalidad abierta, puede crear una comunidad inclusiva dondequiera que estemos. Hagamos que la próxima generación de niñas pueda colocar posters de sus referentes que las motiven e inspiren.

Transcripción del vídeo enlazado a pie del artículo «Why don´t more girls like jumping off walls?» de Seneca Schwartz.

Transcripción y traducción de Andoni Elizondo y Jonan Nieto para la web Emakumeak Mugimenduan y cedido para su reproducción en Umparkour.com

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