¿Cuál es mi nombre?

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¿Cuál es mi nombre?

Con el paso del tiempo, lo que una vez pareció claro se ha convertido en un terreno conceptual embarrado donde es muy difícil diferenciar y extraer información que nos permita entender de dónde vengo, cuál es el punto de partida de aquello que define una parte de lo que hago en mi día a día.

Hace ya más de 30 años que ese grupo de jóvenes disconformes con el brutal mundo en el que les había tocado vivir decidieron dar un paso adelante para jugar con la arquitectura también brutalista que les rodeaba y sus salvajes bosques cercanos, como una forma de escapar a la dura realidad de la periferia parisina. Ellos tuvieron claro qué era lo que estaban haciendo, pero ese algo tenía una difícil forma de poder ser definido, así ya lo plantea Châu Belle: “cuando se lo explicas a la gente, le dices que saltas, te mueves y avanzas, esa es la definición, pero la gente no lo entiende, necesita verlo” (DANIELS, Generation Yamakasi, 2005: 06m25s-06m45s).

Y la problemática conceptual sobrevino de ese intento de explicación, pero si nos fijamos en las fuentes vemos y nos encontramos con una respuesta rotunda, no hay diferencias o si las hay son despreciables, existe un tronco común más fuerte que el viento que puede azotar las ramas. Se podrá discutir como se ha hecho durante años sobre elementos no esenciales, pero al final en lo profundo, lo digas como lo digas, queda el movimiento en el entorno ya sea natural o urbano en el que se crea un desplazamiento que interpreta y reinterpreta los usos posibles de los elementos que configuran el espacio para ser aprovechados en función del movimiento.

De esta forma, lo que al principio sólo era un problema entre los que fueron un grupo de amigos intentando crear algo juntos, se convirtió en un problema que aún hoy día, más de una década después, sigue siendo motivo de debates, discusiones y reproches entre personas que nada tuvieron (tuvimos) que ver ni con el inicio del movimiento ni con el devenir personal de sus actores principales. Relacionamos el Parkour con David Belle y su búsqueda de la esencia y eficiencia, el Art du déplacement con los Yamakasi, quienes exploran y viven el movimiento como una extensión de ellos mismos y una herramienta con la que también vale expresarse, y el Freerunning con Sébastien Foucan y su aventura personal después de distintas etapas con el ADD y con el Parkour. Aunque una parte de la comunidad ha dejado y/o convertido el Freerunning en un cajón de sastre en el que meter a todo aquel que no se adecue a la practicidad del Parkour de Belle, o lo que es lo mismo, todo lo comercial y superficial en lo que ha derivado el uso (correcto para algunos e incorrecto para otros) de la disciplina. Y hasta en ésto se podría entrar a debatir si uno observa que antes incluso de familiarizar el término Freerunning, ya se mostraba en la web de la que fue asociación nacional francesa de Parkour, el término Free Run como sinónimo en inglés del Parkour. Hablamos de noviembre del 2002, Jump London se emitió en el 2003.

http://tracer2000.free.fr/fr/menufr/popup_news/news2.html

Es más, en la misma página de entrada se puede leer Free Run subtitulado por L’art du déplacement y al entrar ver que es la página de la que era asociación representativa del Parkour.

http://tracer2000.free.fr/MENU.html

Es de suponer que tal y como reza el refrán, de aquellos polvos se hicieron estos lodos. Y es que tal mezcla de nombres que a inicios de la década del 2000 todos, o casi, tomábamos como sinónimos, fue diferenciándose con la forma de practicar y de nombrar cada uno a lo que hacía relacionando lo que a unos no les encajaba con los nombres contrarios. Es por ello que la cuestión de las nomenclaturas y su representación se llevó al límite y se defiende muchas veces que cada nombre aloja una disciplina diferente, por lo que a continuación se comparten distintas opiniones de algunos de los protagonistas y, en parte, responsables de los distintos apelativos buscando una versión relativamente oficial u objetiva para nosotros sobre este asunto.

Stephane Vigroux. (https://www.youtube.com/watch?v=cxaAzLdhKxU   0m02s – 1m35s.)

“La historia del parkour, arte del desplazamiento, es que eran un grupo de jóvenes llamados los Yamakasi, y dentro del grupo estaban incluidos David Belle y Sébastien Foucan. Todos estos tipos, Yann Hnautra, Chau Belle, Williams Belle, Laurent Piemontesi, Charles Perriere, Malik Diouf y Guylain, eran un grupo. Un grupo de amigos practicando el mismo arte. Entonces, debido a diferentes puntos de vista algunos lo renombraron. David eligió Parkour y Sébastien eligió Freerunning. Básicamente, pienso que todos están de acuerdo en que al principio era una misma disciplina. Mismo nombre, misma práctica. Sólo que ahora, evoluciona y la gente lo llama de una u otra forma, pero fue una única práctica al principio.

Mi historia es que yo entrené con David, conocí a los Yamakasi un poco después. Era algo nuevo y muy interesante, y muy intenso en muchos y variados aspectos. Físicamente, mentalmente…  Estaba fascinado por ver hasta qué punto podía uno exigirse a sí mismo. Al principio se trataba de ser fuerte, ¿qué quiere decir eso? Ellos pusieron unos valores detrás de esta palabra: ser fuerte. Entonces empezaron a realizar retos físicos: ¿Puedes sobrepasar esa roca? ¿Puedes sobrepasar ese coche? ¿Puedes empujar aquello? ¿Puedes  saltar y tocar ese muro? También empezaron a poner grandes números de repeticiones. Todo era muy instintivo, ya que no era realmente un método de entrenamiento en ese momento. Llevó mucho tiempo, incluso para ellos, entender realmente por qué hacían lo que hacían.”

Châu Belle. (https://www.youtube.com/watch?v=cfm_xUV2xkI 1m05s – 1m58s.)

“Al principio éramos nueve tipos. David Belle es mi primo, y él lo llama con el nombre de Parkour. Para mí, Arte del Desplazamiento. Sólo por los nombres. Todo el mundo tiene su movimiento, el Parkour, el Arte del Desplazamiento… Es la misma cosa. Si tú tienes buenos sentimientos, buenos pensamientos, buena mentalidad, está bien. No hay cambio, no hay diferencia. Sólo la mentalidad, si tienes buena mentalidad está bien para ti. No hay problema. Haces Parkour, Arte del Desplazamiento, Motion Art, Freerunning… Es la misma cosa. Tu corazón es muy importante. Tu corazón y tu camino.”

David Belle. (http://downloads.newyorker.com/downloads/Parkour.m4v  1h04m18s-1h05m04s.)

“No hay diferentes tipos de parkour, alguien que lucha, un luchador real, puede luchar en el suelo, pequeño, grande, en cualquier lugar, el parkour es lo mismo, te tienes que adaptar, te adaptas a todo lo que tenemos alrededor. No hay derivaciones. Entonces las acrobacias son diferentes, las puedes hacer aquí, pero no puedes hacerlas durante una hora, sin embargo, puedes hacer parkour y descubrir tu entorno durante mucho tiempo”

Sebastien Foucan. (Cuenta de Instagram personal)

“Para todos aquellos que no lo pillan, por supuesto que aquí hay una diferencia. Lo que es importante es moverse de una disciplina a otra… ¡Para ser libre!
Siempre he dicho que el Freerunning es mi expresión personal. ¡El Parkour es definitivamente una parte de ello!

Por último aquellos que están ocupados moviéndose no les importa, ¡¡aquellos que no lo hacen, siguen hablando!!

¡¡Demasiado ocupados para explorar!!”

“Si quieres expresarte a ti mismo. Si quieres ser libre no pongas nombre a lo que haces. Configurarás tus propios límites. Y limitaciones… ¡Yo cometí ese error! Manteneos explorando amigos míos.”

En la misma entrevista de la que se extrae la cita de David Belle se le escucha decir que quizá lo que llevó a Foucan a renombrar la disciplina fue el ego, el negocio… Por supuesto hay que entender el contexto en el que lo dice, así como el propio contexto histórico y personal entre ambos y el desarrollo de la disciplina en el que está realizada esa entrevista (2007), pero quizá esa frase de Belle a una pregunta sobre su opinión de qué es el Freerunning y qué opina de S. Foucan sea una de las claves para entender las diferencias y no diferencias y las distintas nomenclaturas… Quizá sólo se tratase de eso, de ego. Y quizá una vez pasadas esas etapas en las que se dieron las diferencias todo parece volver a unirse. Foucan practica Parkour, los Yamakasi apoyan y colaboran con Parkour Generations y conviven perfectamente con toda una comunidad global que llama Parkour a lo que hacen. David Belle incluso saca un libro sobre Parkour con uno de los antiguos miembros de los Yamakasi, Charles Perriere, además de iniciar el proyecto “The Mouvement”, (proyecto fundado por él mismo, Williams Belle, Châu Belle, Malik Diouf, Charles Perriere y Sébastien Foucan en 2014) donde se aglutinan las tres referencias respetando sus personalismos pero avanzando hacia un fin común partiendo de la verdad de una raíz común…

Quizá, y aludiendo a la frase de Laurent Piemontesi justo después de la cita expuesta de Châu Belle, la clave pueda estar en que todo esto de los nombres a nosotros no nos tiene que importar ni debamos realizar culto a una cosa u otra, sino a nosotros mismos, quizá sólo nos debamos preocupar por seguir haciendo lo nuestro. Aunque como es algo que realmente sí nos importa, sobre todo por su consecuencia directa respecto a la difusión y la comprensión de lo que hacemos y cómo lo transmitimos, tratemos el tema con respeto, con memoria, con cariño y con cabeza. Porque sin eso sí que, dando absolutamente igual cómo llamemos a lo que hacemos, lo convertiremos en una simple oda al ego, cosa opuesta a la que pretenden el Parkour, el Freerunning y el Art du Déplacement.

 

Artículo escrito por Dani Sampayo y Carlos Javier Ferrero para www.umparkour.com

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