Lesiones, un obstáculo más

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Lesiones, un obstáculo más

¿En cuántas entrevistas habrán sacado el tema de las lesiones en el Parkour?  Desde fuera se ve como algo arriesgado, una práctica que irremediablemente debe estar ligada a sufrir golpes, caídas o roturas que mermen la capacidad física del practicante. Y siempre la misma respuesta: “El Parkour no es arriesgado, cada uno asume lo que puede o no puede hacer. Nuestro sentido común es nuestro mejor aliado en ciertas situaciones y si no estamos seguros no saltamos. Somos los primeros que no queremos hacernos daño y entrenamos mucho para darle la mayor seguridad posible a todo lo que hacemos, incluso cuando estamos allí arriba. Nos preparamos para hacer lo que hacemos, no somos locos.

Sin embargo, al igual que en el resto de actividades no somos inmunes a caernos, tropezarnos, golpearnos con cualquier elemento o sufrir algún tipo de lesión muscular. Lo que nos diferencia puede ser que aquí no tenemos a nadie que nos guíe, un entrenador que nos diga cómo salir adelante y recuperarnos, y que muchas veces hay que acudir a la sanidad pública donde las esperas para las revisiones o pruebas son demasiado largas. Y en ese caso, cuando se trata de algo más o menos grave la moral empieza a caer y se tiende a pensar que será muy complicado ya no el volver al nivel de práctica que se tenía, si no a entrenar sin molestias y recuperar la confianza perdida. Ahí empieza un obstáculo más que vencer.

Lo primero siempre es acudir al médico o directamente a un fisioterapeuta (dependiendo de la lesión) a tratarnos o a realizar las pruebas pertinentes para valorar el alcance de la lesión y atender a sus consejos. Eso es algo fundamental. Muchas veces se decide simplemente reposar por nuestra cuenta o seguir entrenando pensando en que “ya se pasará, no es nada” y al final solo conseguimos retrasar la recuperación.

Después de ese tiempo prudencial de reposo y de revisiones o tratamientos médicos es cuando llega el problema, cuando el dolor o molestia no remite, o va a rachas, o es algo grave que no nos permite desarrollar la actividad de una manera normal y constante hasta una intervención médica o recuperación total. Es ahí donde debemos aprender a escuchar a nuestro cuerpo, a entenderlo, a ser pacientes y a averiguar qué es mejor para él. Con toda esa información sabremos qué podemos y qué no podemos hacer.

El aspecto físico juega en estas ocasiones un papel fundamental. Sin una debida preparación física será más difícil vencer cualquier tipo de lesión. Si antes del infortunio no le dábamos la importancia necesaria, es ahora cuando ese aspecto del entrenamiento revelará la necesidad que tenemos de él. Muchas veces, incluso antes de una operación, ser capaces de entrenar (lo que la lesión nos permita) físico será una gran ayuda para la futura rehabilitación.

Pero… ¿Cómo entreno si estoy lesionado? Es hora de que la cabeza también funcione. Una vez somos conscientes del alcance o tipo de lesión y después de informarnos, escuchar nuestro cuerpo y entender la situación, debemos ser capaces de entender que hay cosas que no podremos hacer, pero otras muchas que si. Y en parte, es en eso en lo que habrá que centrarse. Saber qué se puede hacer con todo lo que tenemos bien, y además, cómo ayudar a la parte que está mal. Hay que buscar esa fórmula que nos haga estar en constante movimiento, que no nos deje estancarnos en la autocomplacencia de la lesión y comenzar desde el primer momento a preparar el regreso de nuestro cuerpo y mente al 100%. Por supuesto tampoco hay que olvidarse de ejercicios de flexibilidad y movilidad articular. No son nada lesivos sis e hacen bien y contribuyen a la mejora de la condición física y aptitudes de nuestro cuerpo. Por lo que si antes de la lesión no se le dedicaba tiempo a ésta faceta, es un buen momento para comenzar a ejercitarla y descubrir sus beneficios.

Y una vez estemos recuperados será la hora de la verdad. Volver a entrenar al 100%, con calma, sin prisa y con la concentración siempre al máximo. Mucha gente siente inseguridad, y es algo normal. El trabajo físico y psicológico previo a la recuperación completa habrá ayudado mucho, pero en el momento de volver a acometer nuevos retos, de progresar y rebasar antiguas barreras quizás surjan nuevos miedos e inseguridades por temor a una recaída o a una nueva lesión. Tendremos que añadir un nuevo trabajo técnico al físico y mental, que no importe empezar de cero si es necesario e ir recuperando la confianza en nuestros recursos uno a uno y a nuestro ritmo. Eso es fundamental, pero como escribí antes, hay que buscar y encontrar nuestra propia fórmula porque cada uno somos distintos. Encontrar nuestro ritmo y nuestro trabajo para conseguir fluir sin estancarnos en cualquier obstáculo que nos vayamos encontrando. Está de nuestra mano que el lema “ser y durar” no sean solo palabras.

 

Artículo escrito por Dani Sampayo para http://www.umparkour.com/

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