Lejos de cualquier definición típica y lo que cada uno pueda explicar signifique para él la disciplina, el Parkour es ante todo una actividad física. Y como toda actividad física, su práctica repercute directamente beneficiando el estado de salud del individuo.

A medida que el Parkour ha ido creciendo en popularidad entre los más jóvenes, muchos padres, tutores o profesores de educación física han visto en la disciplina otra manera de llevar el interés por el deporte a un alumnado cada vez más sedentario y carente de motivaciones por mejorar su forma física. Y es que el Parkour no es saltar entre tejados, hacer acrobacias imposibles o desafiarse a ver quién es el que salta más largo y desde más alto. Más allá de cualquier estereotipo, estaríamos hablando de una actividad que exige de primeras correr, saltar, trepar o reptar. Además, por su variedad en técnicas de desplazamiento y saltos,  incluye giros, desarrollo de la capacidad motriz, potenciamiento de la capacidad de equilibrio y desequilibrio, control de la explosividad, desarrollo de la bilateralidad, conocimiento sobre las posibilidades de cada uno, esfuerzo aeróbico y trabajo acorde a cada alumno. Y todo esto y debido a la naturaleza del Parkour, en donde cada uno depende de si mismo para ejecutar cada ejercicio, influye positivamente en la confianza adquirida al entrenar para superarse a uno mismo descubriendo que trabajando es como se consigue avanzar. Aprendiendo así a valorar el esfuerzo y a incrementarlo para seguir mejorando aceptando y conociendo las capacidades físicas propias. Y por si esto fuera poco el trabajo en grupo ayuda a la socialización e interactuación entre los alumnos y a ayudarse y apoyarse a conseguir los objetivos así como a respetar y valorar el esfuerzo de los demás.

Sin embargo, y después de leer distintos beneficios que puede aportar el Parkour entendido como mera actividad física, el problema llega a la hora de enseñarlo. Es ahí donde surge el debate sobre si es necesario o no saber o tener unos conocimientos mínimos para introducir el Parkour como alternativa a otros deportes en las clases de educación física o como clases extraescolares. Es obvio que es necesaria una formación mínima, ya que un vídeo encontrado en internet nunca podrá suplir los consejos o enseñanza técnica de alguien que conozca cada ejercicio. También es indispensable conocer bien los métodos de entrenamiento y distintos ejercicios para poder llevarlos de manera real a una clase. Se debe adaptar el “Parkour” para hacerlo accesible a todos y que los alumnos tengan objetivos alcanzables y alguien en quien apoyarse para resolver sus dudas o les pueda guiar en el desarrollo de los ejercicios.

En ese sentido y después de años en los que practicantes de muchas provincias españolas hayan trabajado impartiendo clases extraescolares a chicos y chicas de cualquier edad, ya se están impartiendo seminarios a profesores de Educación física dirigidos a enseñar y mostrar el camino para introducir el Parkour en los colegios de una forma segura y esquematizada. Dichos seminarios no intentan convertir en expertos practicantes de Parkour a nadie, el objetivo es bien distinto. Proveer de conocimientos y herramientas suficientes para garantizar que los alumnos que reciban esas clases lo hagan de profesores que saben y entienden lo que les están pidiendo hacer.

*Si alguien desea conocer algo más acerca de estos seminarios o su metodología, así como ayuda para preparar entrenamientos o talleres puede ponerse en contacto conmigo escribiendo a este correo: draug@umparkour.com

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Artículo escrito por Dani Sampayo para http://www.umparkour.com/