La ley de la estadística
300 gatos precisión a nivel , eso haría. Sonó como
un reto para realizar más tarde. Llevaba un tiempo centrándome
en esta técnica y sentí que tendría que prestarle
más atención esa noche.
A lo largo del día el pensamiento de una nueva sesión de entrenamiento cruzaba a menudo mi mente pero aun así mi atención estaba puesta en las palabras que me habían dicho la semana anterior al recepcionar una precisión: "Un día de estos te vas a resbalar y te romperás una pierna" me dijo con una sonrisa en la cara. Y ahora no podía dejar de preguntarme si ella tenía razón. ¿Podría ser yo una víctima de la estadística? Que declaraba que por estadística algún día en algún salto fallaría alguna técnica básica y me haría daño. ¿Era esto un hecho inevitable que se escapaba a mi control? En cualquier caso no era un pensamiento agradable.
A menudo se dice que los momentos más peligrosos en el entrenamiento
ocurren mientras se realizan las técnicas más simples y
no se presta la suficiente atención a lo que se está haciendo.
Rara vez he oído que alguien se haya lesionado al hacer un salto
grande en el que estuviera bien concentrado. Así que ¿Qué
podía hacer yo para probarme que no era una víctima? ¿Qué
podría llegar a controlar la situación? La respuesta llego
pronto, esa noche no fallaría.
Así que, 300, se convirtió en una serie de 300 seguidos. Si perdía el control al caer, si me pasaba de fuerza, si me quedaba corto, si mis manos no se apoyaban correctamente en el muro o no recepcionaba bien empezaría de 0. Se podría llamar control de calidad o locura (probablemente un poco de ambas)
Cuando llegue al lugar donde tenía pensado realizar el experimento, no me puse demasiado contento al encontrarme los muros empapados. Estaban mojados y resbaladizos gracias al musgo que brotaba de las grietas, las paredes me saludaron con un brillo astuto y un tacto amenazador. Genial.
30 minutos más tarde, después de calentar y estirar, una
presión interior que no podía localizar comenzó a
crecer dentro de mí con cada repetición acertada. 3 se convirtieron
en 20, 20 en 50 y el pensamiento de tener que volver a comenzar empezó
a atormentarme. Haciendo cada nueva repetición un poco más
desalentadora que la ultima. Me quise concentrar en conectar el impulso
justo en la primera pared con la recepción de la 2º y aguantar
allí. Por un momento sentí que las cosas iban bien pero
como mi confianza creció también crecieron mis posibilidades
de fallo.
¿Si de verdad existiese una ley escrita de estadísticas,
cuantas veces debería caerme cada 300 repeticiones teniendo en
cuenta las condiciones oscuras y húmedas?
La única forma de combatir esta creciente distracción era
forzarme a tratar cada salto como si fuese el primero de la tarde.
Habían pasado 2 horas cuando alcance la mitad de mi camino. Eran
las 21:30 y había realizado 150 gatos precisión a nivel
y sentía que mis antebrazos pesaban como si fuesen de plomo. No
había considerado el desgaste físico. Quitándolo
pensé en la técnica y comprendí que era como estar
en posición de flexión haciendo suficiente fuerza con los
dedos como para levantarme del suelo temporalmente, muchas veces. Estaba
cansado y dolorido y sabia que aunque era capaz de alcanzar las 300 repeticiones,
tener que empezar de nuevo podría ser un daño real para
el cuerpo.
Diez minutos más tarde continué con el proceso y realice
la 151.
No estaba seguro de cuanto había recuperado en el breve periodo
de descanso pero de repente la técnica se transformo en desconocida
para mi cabeza. Dejé de pensar tanto sólo era una técnica
simple.
No podía fallar ahora.
200 repeticiones. A este ritmo debería de haber terminado sobre
las 11pm... 3 horas y media desde que empecé. Si fallase ahora
bien podría contemplar el amanecer sobre mis hombros. Sonreí
al pensar que por lo menos se secarían los muros.
280 repeticiones. Mi cerebro se había apagado. No había
ninguna presión, el movimiento era automático aunque mis
antebrazos pidieran alivio ante el castigo constante.
Había caído en un ritmo. Me apoyaba en la primera pared,
caía sobre la 2º, me daba la vuelta ,volvía y me dejaba
caer al suelo para la siguiente repetición. repitiendo la frase
"stay straight, medium power" en mi cabeza.
¿Se había convertido esto en mi maldición?, había
empezado hace 20 minutos y no podía pararlo ahora, o ¿seria
suerte, mi llave para legar al fin de todo esto?
Francamente no sé si hubiese vuelto a empezar en caso de fallar. Físicamente no creo que hubiese aguantado otros 300. Y habría aprendido mi lección aunque…
No existe ninguna ley que declare que un día fallaremos. Con suficiente concentración, cuidado y atención podemos repetir técnicas simples cientos de veces durante horas sin fallar. Los accidentes realmente ocurren y siempre va a haber algo que escape a nuestro control pero podemos reducir enormemente las posibilidades de fallar si tratamos cada movimiento como algo importante algo con lo que hay que tener cuidado.
Al final no hice 300 gatos a nivel.
El 301 fue por la mujer que me inspiro.
By: Chris "blane"
Rowat
Artículo cedido por Chris Rowat, de su blog : http://www.pinwc.com/
Traducido para umparkour.com por Ginés Medina "kokeiko"
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