El arte de sortear obstáculos, mucho más que un hobby
Las calles se inundan de jóvenes deseosos de emular a los protagonistas de la película "Yamakasi", que convirtieron la urbe en su particular gimnasio
"Todo lo que se puede considerar como obstáculo forma parte
de mi arte", es el leitmotiv de David Belle, considerado, junto a
Sebastien Foucan, uno de los creadores de este deporte, casi más
bien un modo de vida.
El parkour nació a principio de la década de los 80 en Francia,
inspirado en el Método Natural de George Hébert, Raymond
Belle, ex soldado en Vietnam, lo aplicó a la enseñanza de
un arte del desplazamiento. Su hijo David, Foucan y el grupo de los llamados
Yamakasi eran sus discípulos principales.
La gimnasia y la disciplina férrea son claves en el entrenamiento
de esta práctica, para la que no sólo hay que sortear los
diferentes escollos del mobiliario urbano, sino además hacerlo
con agilidad, rapidez y la máxima originalidad posible. Daniel
Sampayo, creador de la web de referencia de esta disciplina en España,
umparkour.com, afirma que "se necesita estar en un magnifico estado
de forma para soportar el entrenamiento, tener bien las articulaciones,
ser más rápido, fuerte y, además, tener más
potencia y explosividad".
El nombre de este deporte proviene de parkours, que significa recorrido
en la lengua gala. Su práctica se extendió por el resto
del mundo gracias a las películas Yamakasi (2001) y Banlieue 13
(Distrito 13 en francés) (2004), ésta última protagonizada
por el propio David Belle. "Vi Yamakasi, me enteré de que
era un deporte y busqué información en internet", asegura
Sampayo, de 26 años y que practica hace 5. "Empecé
probando yo solo", explica este traceur - así se llama a estos
deportistas-. Para ello, se inspiró en vídeos de practicantes
franceses: "Probaba los movimientos y lugares para entrenar y después
encontré en internet gente de España con la que compartir
técnicas".
En Madrid, el parque Juan Carlos I, Azca y Ciudad Universitaria son los
rincones favoritos para los traceurs.
Esta afición despierta curiosidad incluso entre los más
pequeños. "Niños de 6 a 11 años me ven saltar
por la calle y yo ejerzo un ejercicio de responsabilidad enseñándoles
a que jueguen, se diviertan y hagan deporte de otra manera", dice,
añadiendo que lo mejor para los pequeños es aprender en
gimnasios, donde tienen menos riesgo.
Su filosofía de vida implica ir más allá del mero
ejercicio físico per se. "No deja de ser un deporte para ponerte
en forma, pero poco a poco entrenas y, según la implicación,
tomas una serie de valores". El deportista vasco explica su experiencia
personal: "A mí me ha ayudó a conocer mi cuerpo y a
tener determinación, elegir los caminos y aprender a no rendirme".
By: Montse Lorenzo
Artículo publicado en el diario deportivo Marca el viernes 17 de Abril del 2009.
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